miércoles, 7 de abril de 2021

Palabras Apertura III Jornada Anual de Nodo “Discursos de época ◊ discurso del analista”

 


No podríamos haber anticipado que Discursos de época ◊ discurso del analista tema, al que nos abocaríamos desde inicios del año en Nodo y que concluiría en la producción de trabajos que presentamos al igual que en años anteriores, en una Jornada anual, iba a tener este real actual de una pandemia, ni que iba a obligar a la época interpelarla desde esta actualidad.

Época marcada por la alianza del capitalismo con la ciencia y la técnica, estamos viviendo dentro de un paradigma capitalista, tecnocientífico global, caracterizado por un mercantilismo con un gran desarrollo digital, multidireccional, ágil, diversificado.

Con una economía al servicio del consumo, asistimos a un tiempo vertiginoso, de movimiento y aceleración de procesos;  con cambios climáticos,  con una sistemática destrucción de la naturaleza, contaminación del suelo, de las aguas, de los mares, deforestación comercial de grandes áreas, en algunos casos para el cultivo con uso de agrotóxicos, cría industrial de animales. Intervenidos todos los escalones de la cadena del sistema agroalimentario industrial. Dicha intervención ha tenido impacto en el ambiente y consecuencias en la salud y en los cuerpos, que han ido mutando al compás de los desarrollos biotecnológicos.

A la época descripta, planteada con cierta generalización, dada también por la  globalización de todos los procesos, y a riesgo de reducciones de todas las diferencias, no podemos soslayar las disparidades geopolíticas de capitalismos y tecnociencias en países y regiones desarrolladas, de las subdesarrolladas o en vías de desarrollo. Sin embargo la globalización no discriminó países centrales y  periféricos cuando en los primeros meses del año 2020, un virus microscópico Covid-19 en su nueva cepa SARS-CoV-2, se desplegó progresiva y exponencialmente por el mundo.

El virus es una molécula de ARN, tiene una sola cadena de aminoácidos, no tiene carga genética. Sólo las moléculas de ADN tienen doble cadena y carga genética que se trasmite de generación en generación. El coronavirus parasita, se instala en un huésped y se activa con la energía celular del huésped; clona el sistema de transporte y produce una transmisión horizontal.

Los científicos dicen aún no saber, desconocen el modo de transmisión específico, están aprendiendo. No hay tratamiento,  todavía no contamos con vacuna y la única posibilidad de control se estableció con formas practicadas en el medioevo, ahora con el agregado de cálculos de riesgo.  En forma casi global, a excepción de pocos países que inicialmente prefirieron el control epidemiológico por la vía de la mitigación, el resto de los países tomaron una conducta intermedia entre mitigación y supresión, estableciendo distanciamiento social de toda la población, suspensión de clases escolares y universitarias y aislamiento de casos leves en el hogar junto a sus convivientes. Se mantuvieron en forma activa las tareas esenciales para el sostén de la sociedad. Se cerraron fronteras, se confinó a las personas, se las aísló para evitar el contacto y detener el virus, ralentizarlo. Se detuvo el movimiento. Lo que parecía imposible de detener, el coronavirus lo posibilitó, y se produjo durante unos meses un parate a escala mundial de la máquina capitalista.

Sobre el inicio del año nos planteábamos, si acaso la época producía sus propios malestares y si los discursos de época referían a síntomas sociales, ¿por qué el psicoanálisis estaría interpelado o implicado ¿de qué modo?

Citábamos a Jacques Lacan quien en Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis,  decía: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espira a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes”

Concluíamos en que lo que acontece al parletre es asunto de un psicoanalista, por eso esta III Jornada de Nodo estará dedicada al tema Discursos de época ◊ Discurso del analista previsto, pero también estará presente la actualidad del virus y la pandemia.

Sobre la época  planteábamos  que el 12 de mayo de 1972 Jacques Lacan dicta una Conferencia en la Universidad de Milán: "Del discurso psicoanalítico", allí introduce el Discurso capitalista producto de la incidencia de la ciencia en el discurso amo, afectando con el trueque del S1 por el $, las condiciones del sujeto dividido, ahora desamarrado de anclajes.

En la misma Conferencia dice Lacan: “El discurso ¿qué es? Es lo que, en el orden…. en la disposición de lo que puede producirse por la existencia del lenguaje, tiene la función de lazo social. Hay puede ser un baño social, así, natural, es de esto que se ocupan, eternamente, los sociólogos... pero personalmente, no creo en nada. Y no hay treinta y seis posibilidades, hay solamente cuatro...”

Así, el capitalista es seudodiscurso y sus efectos son las pluralizaciones que lo social expresa, cuando a la luz de la ciencia, la técnica y la informática, para el sujeto todo le es posible o…. nada es posible.

Al compás de las demandas de felicidad, del todo vale y de reivindicación de derechos para cada uno de los goces, se ofrecen en el mercado garantías  para su acceso y cura de lo que no anda.

Este panorama de época es el que constituye un desafío para el Psicoanálisis que no ofrece respuestas sino búsqueda de soluciones como salida al malestar de nuestra cultura, orientando a lo real como imposible. El psicoanálisis propone así, una ética del lazo social.

Desde esta perspectiva la III Jornada anual de Nodo nos permitirá indagar sobre los modos que lo social intenta decirse en esta época; cómo el analista desarrolla su práctica y se sirve de la teoría psicoanalítica ante las siguientes cuestiones:

¿Cuál es la Posición del analista, frente a los cambios en la constitución subjetiva, en la infancia, la adolescencia? y ¿frente a las nuevas parentalidades?

¿Es el mismo Deseo del analista en la caída del patriarcado?, y ¿de qué modo queda cuestionado con las teorías del género y los movimientos feministas? ¿Cómo se orienta respecto de la sexuación?

¿Cuáles son las intervenciones del analista, en las llamadas patologías de la época cuando asistimos, junto a una clínica característica de estructuras  tradicionales, otras de presentaciones diversas sin balizas identificatorias imaginarias, ni simbólicas; con dificultades corporales y en la sexuación; oscilantes entre la angustia y la inhibición, ataques de pánico, aburrimiento y abulias. Entre la alienación y la separación del Otro un abanico de posiciones entre narcisistas, reivindicativas, en repeticiones de la vertiente de la compulsión, adicciones, anorexias y bulimias? Sin los diques pulsionales del asco, la vergüenza, la moral (la bonomia y lo bello) el goce se entroniza.

¿Cuáles son las posibilidades del analista y sus maniobras de transferencia frente a lo ordinario y lo extraordinario de la época?

La vigencia y suficiencia de los conceptos psicoanalíticos para interpretar la configuración de la subjetividad de época, será el tema de nuestras Jornadas.

Por otra parte se hará presente lo actual que ubicamos como un Real sin aviso que nos tiene sumergidos en un sin sentido. En un más allá del principio de placer, abismados en el vacío de lo Real. No alcanza aun la maquinaria simbólica, ni sus referencias para poder bordear sus agujeros.

Mientras tanto, perspectivas más utópicas o distópicas preanuncian sociedades a las que nos dirigimos. No sabemos aún, si otro orden sucederá al anterior o continuará profundizándose el que habitábamos.

En el transcurrir de estos meses, los psicoanalistas nos hemos ido planteando preguntas respecto del virus, la pandemia y sus resonancias en las nociones que nos son propias.  Se trata de poderlo cernir con algún significante o es Significante de la falta S(A/) “?, ¿se trata de un real sin ley?, ¿es ubicable como objeto a, cagada o mirada, voz o teta que hiende al sujeto y lo disfraza de desecho?. ¿Es objeto que sin velo fractura el fantasma de la realidad?.

Ese real que trata el psicoanálisis, al modo de Aristóteles “se dice de muchas maneras”

Miquel Bassols ha planteado “Es cierto, el coronavirus es una cosa, la epidemia otra. El coronavirus es un real que sigue una ley que la ciencia está intentando descifrar lo más rápido posible para obtener antivirales y vacunas eficientes. La epidemia nos plantea un real sin ley, un real inherente al sujeto que vive en el lenguaje”. Distinguimos el real de la ciencia del real del psicoanálisis

Lacan en “La Tercera  se ocupa de dar a saber el real que nos compete, poniéndolo casualmente en tensión con los discursos, incluso en contra punto. Dice que el fin del discurso del amo es que las cosas anden y lo real, justamente, es lo que anda mal, lo que se pone en cruz ante la carreta; más aún, lo que no deja nunca de repetirse para estorbar ese andar, que lo real siempre vuelve al mismo lugar. Agrega que ese real es lo imposible de una modalidad lógica y que a eso ponen mala cara los científicos cuando suponen que todo es posible. Para alejarlo de toda confusión con la realidad, plantea que lo real no es el mundo, no se lo alcanza por la representación y que no es universal.  

Podríamos ubicar en las figuras de lo necesario y lo posible, aquello que puede ser solidario con lo  simbólico en la vertiente del lenguaje y la escritura; y en lo imposible y lo contingente, lo que no puede ser simbólico.

Lo Real tiene entonces dos formas, la insistencia o la irrupción, lo imposible y lo contingente; ellas comprometen la subjetividad de manera diferente. Lo Real que insiste es del orden de lo Imposible, insiste en no escribirse. Es, en tanto insistencia, lo que vuelve al mismo lugar. Este modo es esencial a la estructura del parlêtre.

Dice Lacan "Yo hablo de lo Real como lo imposible, en la medida en que creo que lo Real es sin ley. Lo real no tiene orden”. No hay “…más que el aprendizaje que el sujeto ha sufrido de una lengua entre otras”. En efecto, el traumatismo del lenguaje no es un acontecimiento, pero procede en la medida en que, gradualmente, somos contaminados por él. El lenguaje ligado a la sexualidad hace agujero en lo real. "Sería imposible el manejo del lenguaje a menos que se admita que él hace agujero en lo real". Y completa: "Es por esa función de agujero que el lenguaje opera su captura sobre lo real" "el lenguaje come lo real", concluye.

Del lado de lo imposible, ubicamos el Uno del enjambre, el que se repite, el que produce al sujeto, fijación de un goce que lalengua introduce traumáticamente en la economía corporal. Pero tenemos además “lo contingente es de lo Real”, lo real que irrumpe con sus efectos la pérdida de la realidad, del fantasma que la sostiene, de las coordenadas simbólicas del tiempo y del espacio previo. Hoy nos encontramos ante ese agujero de lo real de la muerte. El mismo cuerpo que goza es fuente de peligro de contagio y de enfermedad y al que se le requiere parar el movimiento, distanciarse de otros cuerpos, detener su marcha y su contacto.

La angustia “síntoma tipo de todo acontecimiento de lo real”, con pérdida de referencia al yo y a la castración como señal, como efectos de esa irrupción de lo real contingente ha podido ser verificado en la presentación clínica de las consultas. La confusión, desorden, extrañamiento, sensación de muerte, perplejidad, pérdida de sentido. También los desbordes, el acting out, el pasaje al acto dan cuenta de ello.

En este actual, otro aspecto no menos importante han sido las medidas de aislamiento y distanciamiento social, que impidieron o restringieron poner el cuerpo en el dispositivo analítico adoptándose formas remotas, tele-sesiones o análisis online que han sido motivo de reservas críticas y debates.

Algunos analistas han planteado que solo haciendo salvedades y diferenciando entre análisis en curso o recientemente iniciados, y caso por caso, el analista podrá operar con la técnica.  Si bien la mayoría coincide que la modalidad remota nos permite sostener de manera virtual la voz y la mirada, ello no es suficiente para ubicar el cuerpo necesario en un análisis.  Así, el cuerpo interesado en el análisis, cuando Lacan incorpora al parlêtre y al Otro que es cuerpo, se diferencia del  cuerpo del significante y del de la imagen.  El cuerpo que falta a la sesión es el que adquiere su peso por la vía de la mirada.

Analistas que han planteado que si se adopta esta modalidad virtual para el análisis, no se tratará ya de análisis puro sino aplicado a la psicoterapia. La orientación a lo real y al cuerpo como real, hará la diferencia a tener en cuenta cuando se adopte la forma remota en análisis, puesto que no es lo mismo la vertiente del sujeto del significante que la del parletre.

Al uso de la técnica, en el transcurrir del año, se le ha solapado la cuestión sobre la presencia del analista, ceñido o no a la concepción de manifestación del inconsciente dirigida al sujeto por la vertiente del significante.  Del inconsciente real, se requiere en la cura, la presencia del deseo del analista, con un cuerpo que no solo interprete hablando, callando, escandiendo, riendo; sino también, levantándose, rozando con la mano una mejilla o arrebatándole el dinero a un analizante en la maniobra de pago.

Nos encontramos  en este punto enunciado por Lacan en La Tercera “Lo curioso en todo esto, es que en los próximos años el discurso del analista dependa de lo real, y no lo contrario. El advenimiento de lo real no depende para nada del analista. Su misión, la del analista es hacerle la contra. Al fin y al cabo, lo real muy bien encabritarse desbocarse, sobre todo desde que tiene el apoyo del discurso científico”.

Íbamos hacia lo real, hoy podemos ubicar que lo real vino al encuentro. Si la dirección era del significante a lo real, hoy estamos tratando de encontrar significantes para bordear este real.

Los trabajos que se presentarán en esta III Jornada y tendremos oportunidad de escuchar, estarán bordeando estos temas punteados.

                                                                               14 de noviembre 2020


Esp Monica Rossi